viernes, 4 de octubre de 2013






















Hemos querido que nuestra primera entrada en este curso 2013/14  sea el recuerdo de nuestra queridísima CONCHA CANO. Las líneas que siguen, de Pepa, dicen lo que el grupo quisiera expresar, con ese verbo fácil y profundo que la caracteriza.


Querida Concha:


La noticia de tu muerte me llegó en la frontera de la media noche. Inesperada, no; sólo a destiempo…y las horas quebradas del sueño me condujeron por los caminos de la rebeldía, el desasosiego, la incertidumbre y el llanto interior, sin lágrimas, el que encoge y contractura los músculos, obnubila el pensamiento y ciega las emociones…


Me gusta caminar en las horas tempranas, cuando los rayos del sol sacan brillo a los tejados, todavía queda silencio dormido en las calles y el aire es tan fresco que desentumece la piel y los sentidos…He caminado largo y silencioso. He absorbido el frío. He buscado la luz incipiente, dorada y rojiza. El cansancio ha vencido a mis rígidos músculos y entonces he podido llorar… Una y mil lágrimas que me han devuelto a ser consciente… Sólo entonces he podido recuperar tu recuerdo. Tu caminar despacioso. Tus manos tendidas. Tu mirada azul. Tu sonrisa sincera y bondadosa. Tu voz templada y de cálidos matices. Tus palabras precisas. Tus pensamientos breves, concretos, discretos y certeros. Tu admiración por las cosas sencillas. Tu entusiasmo y tu constancia ante cualquier nuevo reto. Tu devoción por la lectura. Tu compromiso con el Club. Tu convencida y convincente forma de participación. Tu respeto al grupo y a cada uno de sus individuos… Y un poco más allá, al otro lado de la línea que separa lo social de lo personal, tus anhelos y desvelos familiares, el cariño hacia tus hijos y tus nietos, el orgullo por sus triunfos…y el callado dolor por las ausencias, por los vaivenes negativos, y tu entereza y tu fortaleza para afrontarlos y superarlos…
Durante tu funeral, ese último gesto de despedida social, descubrí otras devociones y compromisos tuyos en los que deduje, te habías entregado con igual fortaleza y bondad…porque ésa eras tú, una mujer fuerte y buena…y me conmovió hasta el llanto la hermosísima despedida de tus hijos y tus nietos: TE QUEREMOS.

Compartiré tu ausencia con los compañeros del Club de Lectura, y aunque mi voz no te llegue quiero dejar constancia expresa de que le doy Gracias a la Vida por haber tenido el privilegio de haberte conocido.
PEPA SIRVENT

                                Albacete, septiembre de 2013 (6 – 9 – 13)

1 comentario:

ISABEL dijo...

Gracias, Pepa, por poner palabras también a mis sentimientos sobre nuestra queridísima Concha. No lo podría haber hecho mejor.
Isabel