sábado, 28 de febrero de 2015

AZUL - Rosa Regás ( Barcelona 1933)

Estuvimos de acuerdo en  el  comentario de este libro en que es una novela difícil entre otros motivos por cómo juega con el tiempo o mejor con los tiempos: el reducido que abarca tres días, nivel primario, y los diez años correspondientes al nivel secundario. La técnica de intercalar  fragmentos de cada nivel es otra de las dificultades.Aunque todos hablamos expresando nuestro punto de vista, traemos aquí el resumen de Pepa que, como en tantas otras ocasiones, se lo ha "currado" a fondo. 

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Leí esta novela en el verano de 2012 y llegué a la conclusión de que los personajes centrales del relato viven íntimamente en la más absoluta “soledad”…
En esta ocasión y aunque no ha variado mi primera conclusión, he encontrado otros matices que completan mi análisis:
1)   La autora demuestra un gran dominio del lenguaje en todos sus aspectos, incluido el estilístico y el poético…aunque, en casi todo el relato, las reflexiones de los personajes y sus descripciones,  o las del entorno, se desarrollen a través de la composición de frases excesivamente enrocadas en sí mismas, lo que hace a veces su lectura monótona, o lenta, e incluso farragosa…
2)   Al centrar el tema en el mar y en los barcos y en los muelles, demuestra un conocimiento exhaustivo de la terminología profesional, que siendo interesante su conocimiento para el profano, en muchas ocasiones resulta excesivo y hasta obliga a perder la atención y el interés…
3)   El relato entra dentro del género psicológico-social, situándolo en un estrato sociológico mitad burgués y mitad nuevos ricos…es decir, no común…y los descarna de tal manera que hace pensar si esta tipología es el común denominador…¿una falsedad?...
4)   Los  principales personajes de la historia son coprotagonistas entre sí: Andrea, Martín, Leonardus, e incluso Carlos…y también están retratados como “singulares”, difícilmente identificables…Sin duda los más reales son todos los secundarios: Tom, Chiqui, los padres de Andrea, las autoridades de la Isla, Pepone…
5)   El conjunto de la novela en su totalidad me ha resultado “tormentoso”…con un ritmo muy lento al principio y muy acelerado al final…en el que se abordan algunos temas de importancia capital en las relaciones humanas:
-          La soledad.
-          El paso inexorable del tiempo.
-          Las diferencias entre clases sociales.
-          El éxito personal y social…y sus miserias.
-          La falsedad o el fingimiento de las conductas.
-          El miedo y el descontrol al que nos pueden conducir nuestros actos…la agresividad, la vergüenza ante los demás y el olvido ante sí mismo.
6)   El juego estilístico al envolver el relato en el color azul:
“Azul, como el azul del mar al atardecer, como la hora azul del crepúsculo o las sombras superpuestas de los telones de la Capadocia frente al sol; azul como la brisa que cae sobre la tierra cuando entra el viento de mar por el horizonte, azul como el descanso, como las fuentes, como las sábanas frescas, azul como la luz del alba, como las velas al viento, como los ojos azules de las muchas en flor…
7)   La muerte, como la siente el que no muere:
“Y lloró entonces como lloran desconsoladas las viudas al hombre que las machacó, porque la muerte transforma el cuerpo del ausente, y sin testigos para desmentirla y enmendarla, inmoviliza para siempre en la memoria del que sobrevive una historia que redima a ambos, y se convierte entonces la muerte del ser amado en una muerte mas muerte que las demás muertes cuando en realidad no es más que la misma muerte de todos y de todo, solo que en momentos distintos.”

PEPA SIRVENT
                                                                   Albacete 26 de febrero de 2014

Completamos este comentario con la aportación de Aurora 


Así surgió Azul, según Rosa Regàs:

Yo tenía un amigo muy querido, queridísimo. Él había venido a la universidad con nosotros y se había hecho muy rico, inmensamente rico. Tenía un barco muy grande y un día nos invitó a varios amigos a pasar una semana en este barco en las islas griegas y en la costa turca. Y yo quería agradecérselo, quería hacerle un regalo.
Es muy difícil hacerle un regalo a una persona muy rica, porque, si no tiene algo es porque no lo quiere tener. Si no, ya se lo habría comprado. Con lo cual, yo no sabía muy bien qué regalarle y pensé que le haría un cuento sobre nuestro viaje a la última isla que visitamos.
Y empecé a escribir esta historia a raíz de que vi a una vieja que rondaba por las ruinas. Era una isla que todavía estaba en ruinas porque había sido destruida durante la guerra mundial hacía cuarenta años. Y esta vieja iba caminando por allá. A mí me fascinó y empecé a hilar una historia a partir de esta vieja, pero se me fue complicando y complicando.
En vez de un cuento, como yo quería en un principio, salió una novela, una novela que yo dediqué a este amigo a quien yo llamaba “Estorni” porque me había introducido en la poesía de Alfonsina Estorni, una poetisa argentina que se había suicidado en los años treinta.
El libro lleva esta dedicatoria: “Para Estorni, esta historia que le pertenece”. Estorni, mi amigo, murió de un cáncer tres meses después de que saliera mi libro al mercado. Murió, pero tuvo tiempo de ver todavía que le había dedicado el libro y, por lo tanto, yo quedé, muy triste por su muerte, pero satisfecha porque, por lo menos, habíamos quedado en paz.

Este libro ganó el premio Nadal.” Fuente: La Casa de Los Malfenti, revista literaria.


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