LA PLAZA DEL DIAMANTE- MERCE RODOREDA (1909-1983)-
La Plaza del Diamante,
escrita en catalán y traducida a más de treinta idiomas, está considerada una
de las obras literarias más leídas en esta lengua.
Escrita en 1960, en
Ginebra, donde residía la autora junto a su compañero sentimental, el poeta e
intelectual Raimond Obiols, por entonces, traductor al servicio de la UNESCO.
La novela narra la historia
de una muchacha y la pérdida de su juventud. Transcurre en un barrio céntrico
de Barcelona y ocupa desde el final de los años 20 y hasta el principio de los
50.
La narradora es Natalia, la
propia protagonista que, al cabo de los años, rememora en la distancia aquel
periodo y todos sus avatares.
Está narrada en primera
persona lo cual acorta en gran medida la distancia entre los lectores y los
hechos narrados.
Sus personajes son seres
inocentes, solitarios, y reflejan una gran humanidad. Los describe y se
expresan con lenguaje coloquial, propio
del barrio en que viven. Esto los hace muy creíbles y reflejan muy bien sus
sentimientos de tristeza, de miedo, de soledad, de deseo y muy raramente de
alegría. Se aproxima a todos ellos con emoción y con una gran ternura.
El momento histórico, tan
conflictivo, que abarca la novela lo recorre con una visión poética desde su
prisma personal:” Mientras Colometa recorría los puestos del mercado llegó la
República” o también:” Mientras me peleaba con las palomas, vino lo que vino y
la gente se echó a las calles” Solo las consecuencias de la guerra son las que
le producen una profunda tristeza por la pérdida de todos los seres queridos y
por la situación de soledad, hambre y miseria.
La novela puede leerse
desde diversos enfoques:
Realista
y social, con el reflejo del barrio y sus vecinos.
Como
novela psicológica, con estudio de sus personajes,
comportamientos y transformaciones motivados por la guerra
Como
novela histórica y como novela
simbolista, pues son varios los objetos y lugares que
guardan doble significado: alusiones al catalanismo, Mosen “mi señor”, además
del lirismo presente en toda la obra hacen referencia a Mosen Jacinto
Verdaguer, poeta, padre de las letras catalanas y precursor del nacimiento de
la nación catalana a través de su poema épico CANIGO. La admiración de la autora por Verdaguer se debe a la
influencia de su abuelo materno que tenía en su jardín un monumento al poeta.
Está presente también su devoción por la arquitectura catalana reflejada en la
vida y obra de Gaudí, presente en varias escenas de la novela y en la
descripción de edificios, calles y plazas.
FRACASO
MATRIMONIAL. Cuando tenía 20 años, tras
la muerte de su abuelo, Merce Rodoreda contrajo matrimonio con su tío materno,
mucho mayor que ella, con quien tuvo un hijo. Necesitó un permiso especial de
la Santa Sede. El matrimonio duró 10 años y coincide con los del matrimonio de
los protagonistas Colometa y Quimet.
El palomar representa su
nuevo hogar. Ella ha cambiado su nombre de pila, Natalia, por Colometa y la
llegada de la paloma herida dará lugar a la creación del palomar… hogar…símbolo
de paz, amor, inocencia… pero también de pérdida de identidad, sometimiento,
prisión…
Para no asfixiarse necesita
salir al parque, y para no tener dependencia económica necesita buscar un
trabajo.
Poco a poco, a medida que
el matrimonio pierde fuerza y el palomar se va deshaciendo…el día que muere
Quimet muere también la última paloma herida como una señal de liberación.
PERDIDA
DE LA JUVENTUD.
Coincide con el grito desgarrador “grito de infierno” que Colometa emite de
madrugada en la Plaza del Diamante, el día de la boda de su hija Rita después
de que haya decidido romper con el pasado dejando su nombre grabado en la
puerta de su casa.
Al parecer, el grito está
inspirado en el cuadro Guernica de Picasso, con quien mantenía amistad y
aprendía a pintar y constituye un homenaje a todas ” las mujeres que han vivido
sin voz”, la voz de todas aquellas heroínas anónimas de la vida, valerosas y
silenciadas.
METAMORFOSIS.
En
homenaje a Kafka a quien admira y a quien imita en alguno de sus cuentos. En
ese instante del grito aterrador se produce una profunda transformación del
personaje protagonista y abandona su nombre falso, Colometa, y recupera su
nombre real, Natalia, y su identidad. Rompe los lazos que la unían al hombre
que la somete y la aprisiona y crea
nuevos lazos con quien la respeta y la quiere.
El
estilo de la obra es sencillo y fácil de seguir. A veces como
“recuerdos brotando a pequeños saltos” otras veces coloquial, de personas de la
calle, siempre cercano… pero muy estudiado.
MANUEL JIMÉMEZ
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