viernes, 13 de febrero de 2015


LA PLAZA DEL DIAMANTE- MERCE RODOREDA  (1909-1983)-

La Plaza del Diamante, escrita en catalán y traducida a más de treinta idiomas, está considerada una de las obras literarias más leídas en esta lengua.

Escrita en 1960, en Ginebra, donde residía la autora junto a su compañero sentimental, el poeta e intelectual Raimond Obiols, por entonces, traductor al servicio de la UNESCO.

La novela narra la historia de una muchacha y la pérdida de su juventud. Transcurre en un barrio céntrico de Barcelona y ocupa desde el final de los años 20 y hasta el principio de los 50.

La narradora es Natalia, la propia protagonista que, al cabo de los años, rememora en la distancia aquel periodo y todos sus avatares.

Está narrada en primera persona lo cual acorta en gran medida la distancia entre los lectores y los hechos narrados.

Sus personajes son seres inocentes, solitarios, y reflejan una gran humanidad. Los describe y se expresan  con lenguaje coloquial, propio del barrio en que viven. Esto los hace muy creíbles y reflejan muy bien sus sentimientos de tristeza, de miedo, de soledad, de deseo y muy raramente de alegría. Se aproxima a todos ellos con emoción y con una gran ternura.
El momento histórico, tan conflictivo, que abarca la novela lo recorre con una visión poética desde su prisma personal:” Mientras Colometa recorría los puestos del mercado llegó la República” o también:” Mientras me peleaba con las palomas, vino lo que vino y la gente se echó a las calles” Solo las consecuencias de la guerra son las que le producen una profunda tristeza por la pérdida de todos los seres queridos y por la situación de soledad, hambre y miseria.

La novela puede leerse desde diversos enfoques:

Realista y social, con el reflejo del barrio y sus vecinos.

Como novela psicológica, con estudio de sus personajes, comportamientos y transformaciones motivados por la guerra

Como novela histórica y como novela  simbolista, pues son varios los objetos y lugares que guardan doble significado: alusiones al catalanismo, Mosen “mi señor”, además del lirismo presente en toda la obra hacen referencia a Mosen Jacinto Verdaguer, poeta, padre de las letras catalanas y precursor del nacimiento de la nación catalana a través de su poema épico CANIGO. La admiración de  la autora por Verdaguer se debe a la influencia de su abuelo materno que tenía en su jardín un monumento al poeta. Está presente también su devoción por la arquitectura catalana reflejada en la vida y obra de Gaudí, presente en varias escenas de la novela y en la descripción de  edificios, calles y plazas.

FRACASO MATRIMONIAL. Cuando tenía 20 años, tras la muerte de su abuelo, Merce Rodoreda contrajo matrimonio con su tío materno, mucho mayor que ella, con quien tuvo un hijo. Necesitó un permiso especial de la Santa Sede. El matrimonio duró 10 años y coincide con los del matrimonio de los protagonistas Colometa y Quimet.

El palomar representa su nuevo hogar. Ella ha cambiado su nombre de pila, Natalia, por Colometa y la llegada de la paloma herida dará lugar a la creación del palomar… hogar…símbolo de paz, amor, inocencia… pero también de pérdida de identidad, sometimiento, prisión…

Para no asfixiarse necesita salir al parque, y para no tener dependencia económica necesita buscar un trabajo.

Poco a poco, a medida que el matrimonio pierde fuerza y el palomar se va deshaciendo…el día que muere Quimet muere también la última paloma herida como una señal de liberación.

PERDIDA DE LA JUVENTUD. Coincide con el grito desgarrador “grito de infierno” que Colometa emite de madrugada en la Plaza del Diamante, el día de la boda de su hija Rita después de que haya decidido romper con el pasado dejando su nombre grabado en la puerta de su casa.

Al parecer, el grito está inspirado en el cuadro Guernica de Picasso, con quien mantenía amistad y aprendía a pintar y constituye un homenaje a todas ” las mujeres que han vivido sin voz”, la voz de todas aquellas heroínas anónimas de la vida, valerosas y silenciadas.

METAMORFOSIS. En homenaje a Kafka a quien admira y a quien imita en alguno de sus cuentos. En ese instante del grito aterrador se produce una profunda transformación del personaje protagonista y abandona su nombre falso, Colometa, y recupera su nombre real, Natalia, y su identidad. Rompe los lazos que la unían al hombre que la somete y la aprisiona y crea  nuevos lazos con quien la respeta y la quiere.

El estilo de la obra es sencillo y fácil de seguir. A veces como “recuerdos brotando a pequeños saltos” otras veces coloquial, de personas de la calle, siempre cercano… pero muy estudiado.


MANUEL JIMÉMEZ

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